Definitivamente las celebraciones decembrinas están enmarcadas en un ambiente de alegría y armonía que se prestan para convivir, para abrazarnos, para reunirnos y fortalecer lazos familiares y fraternales. Es una época tan colorida y tan llena de aromas que facilita sintonizarnos con nuestras emociones y sensaciones, permitiéndonos expresar el cariño y agradecimiento que sentimos para con nuestros seres queridos, con la vida, con Dios, etc., en fin, las fiestas decembrinas nos ponen en un estado de mayor sensibilidad.
Este estado tan sensible nos permite evocar situaciones del pasado, tal vez memorias alegres y otras más, cargadas de una gran nostalgia por la ausencia de un ser querido. Particularmente, estas festividades se tornar difíciles y muchas veces insoportables para aquellos que están atravesando por un duelo, sus sentimientos y emociones, que están a flor de piel, suelen percibirse aumentadas, mezclándose el dolor, la ira, la tristeza, el miedo, la culpa y la soledad.
Es por ello que se hace necesario entender al doliente, comprender su aislamiento y su poca capacidad de entrar en sintonía con los demás. Aquí algunas estrategias útiles para afrontar la Navidad y el Duelo:
1. INFÓRMATE
Es prioritario saber que no todos viven el duelo de la misma manera y con la misma intensidad y que eso que hoy sientes es normal, es parte del proceso, pero que más adelante encontrarás un nuevo sentido a la vida. Tener este conocimiento en mente facilita su gestión y evolución.
2. REDUCE EL ESTRÉS
En estas festividades surgen muchos compromisos, compras, envolver regalos, cocinar y participar en diversas reuniones sociales y familiares de las cuales tal vez te quieras deslindar. Si cualquiera de estas actividades te genera estrés, evítala, participa de ello selectivamente y de acuerdo a tus capacidades actuales, pero sobre todo participa de aquellas que te generen placer y bienestar.
Definitivamente no es una buena idea el aislamiento social total, asiste a reuniones con aquellos con quien generes mayor empatía, date un tiempo para sonreír, para pasarla bien, para salir de la rutina en la que te ha sumergido el dolor.
3. MANTENER O TRANSFORMAR LAS TRADICIONES
Para muchos dolientes se hace necesario, si no es que obligatorio, mantener la tradición del ser querido ausente como una forma sincera de honrar su memoria, pero no siempre es agradable o se traduciría en mayor estrés. Se flexible, puedes elegir por una mezcla de lo tradicional con lo novedoso a fin de darle un nuevo sentido a estas festividades y no anclarse en el dolor. Inténtalo!
4. EXPRESA LO QUE ESTÁS SINTIENDO
Hablar de tus sentimientos siempre es bueno, con esto podrás ir drenando y sanando el dolor. Seguramente otros miembros de la familia están pasando y sintiendo lo mismo que tú, hablar, sentirte escuchado y escuchar es una magnífica forma de validar y aceptar tus sentimientos, permitiéndote ver desde otra perspectiva eso que te duele y descubrir nuevas formas de enfrentar y/o manejar la situación.
5. COMPARTIR RECUERDOS, UNA BELLA FORMA DE HONRAR SU VIDA
Lamentablemente muchas personas evitan hablar del ser querido ausente en el entendido que esto aumentará el dolor. En estas festividades haz un esfuerzo por compartir aquellas vivencias o anécdotas divertidas, compartir su historia de vida desde una visión positiva seguramente logrará hacerte sonreír. Recuerda que la ausencia de un ser querido se hace más pesada cuando nadie habla de él.
6. CUIDA TU SALUD
En esta época del año, al igual que en los aniversarios, el dolor de una pérdida se intensifica por lo que hay que poner mayor atención en la salud física y emocional. No es de extrañar que nuevamente se vuelvan a experimentar síntomas que parecían superados. Se puede volver a experimentar cansancio extremo, pérdida del apetito, insomnio y nuevamente sentimientos de desesperanza que te ponen en riesgo caer en depresión, facilitando el abuso de alcohol o ciertos fármacos, como una forma de escapar de la realidad.
7. PERMITE SER ACOMPAÑADO
Date la oportunidad de recibir apoyo, busca acompañamiento tanatológico para superar tu pérdida. Sabemos que nada va a ser como era antes, que nada ni nadie logrará llenar el vacío de la pérdida, pero también es cierto que podemos aprender a vivir y a funcionar de otra manera, a pesar del dolor. Negar el dolor, reprimirlo y no enfrentar la situación saludablemente pone en riesgo tu salud física y emocional.