top of page
  • Foto del escritorCoach Mariluz Ortiz

EL DUELO DUELE Y PARECIERA QUE ¡ME ESTOY VOLVIENDO LOCA!


No soporto más, esto que siento es tan fuerte que pareciera que ¡me estoy volviendo loca!

Con esta expresión han llegado a mi consulta diversas personas que requieren de mi acompañamiento por la pérdida de un ser querido o de un amor. La respuesta siempre es la misma, NO TE ESTÁS VOLVIENDO LOCA, todo eso que haces, piensas y sientes -y yo personalmente lo he vivido-, se llama proceso de duelo.

Nadie está mejor solo. Antaño, las redes familiares y comunitarias eran más extensas y de manera natural e intuitiva cubrían esta necesidad de acompañamiento y apoyo tan necesario para el doliente. Desafortunadamente, hoy en día, la tecnología nos evita esa cercanía tan personal y necesaria que anteriormente se daba y nos damos por bien servidos si recibimos un mensaje escrito o de voz como muestra de “aquí estoy para ti”.

Por otra parte, existe una percepción generalizada sobre esconder o no expresar abiertamente las emociones porque “no es socialmente correcto”, habiendo una tendencia a esconder, enmascarar, medicar o tecnificar este proceso con la intención de amortiguar el dolor y la realidad, limitando con ello la ayuda, acompañamiento, comprensión y espacio para dolerse.

Generalmente la persona que ha perdido un ser querido o un amor, suele sentirse confundida, vulnerable y herida, no entiende lo sucedido ni mucho menos lo que le está sucediendo internamente. Suelen sentirse abatidas y hasta culpables por no poder aceptar la pérdida en tiempo record y también avergonzadas por llorar y expresar sus emociones y sentimientos ante familiares y amigos.

Enseguida te comparto diez puntos sobre lo más importante que debes saber sobre el proceso de duelo y que además propone una actitud sana y recomendable para gestionarlo.

DECÁLOGO SOBRE LO NORMAL Y NATURAL DEL DUELO

1. Nadie es igual a nadie. Por ello, todas las personas no reaccionan de la misma manera ante la muerte de un ser querido o el vacío que deja la pérdida de un amor. Tú y sólo tú, tienes la capacidad y los recursos para gestionarlo a tu ritmo y a tu manera.

2. Expresa tu dolor. Cuando callas o disimulas tu dolor, favoreces que éste se alargue y/o intensifique, bloqueas la comunicación con otros familiares que quizá estén sintiendo lo mismo que tú y cierras la oportunidad de un espacio catártico para ambos. Sin mencionar que esto te convierte en blanco de diversas afecciones y enfermedades.

3. Llora tanto como sea necesario. Es terapéutico llorar, lo que tú consideres necesario, cada vez que haga falta. Se perfectamente que esto es un DOLOR TOTAL, duele el alma duele el cuerpo, duele el pasado, el presente y el futuro, sí, duele la vida. Date también permiso de llora por coraje, por impotencia y por todo aquellos que tú sientas.

4. Revive tu pérdida. Aunque el mundo opine lo contrario, revivir la experiencia favorece tu integración a la realidad, por cruel, dolorosa o injusta que sea. Platícalo una y otra vez con tantas personas estén dispuestas a escuchar, haz uso de tu red de apoyo (familiares, amigos, tanatólogo, terapeuta, etc.) Y si esto no es suficiente o no hay con quién, simplemente escríbelo.

5. Enfrenta lo inevitable, el duelo es un cocktail emocional. Ciertamente experimentarás emociones tales como:

· Sensación de vacío, porque ese ser querido ya no está y que de momento nada ni nadie puede llenar ese hueco. · Enfado, enojo e inclusive ira, contra Dios, contra la vida, contra el fallecido o ser amado que nos dejó, o bien contra ti mismo. · Culpa, porque pudiste haber hecho algo más o porque no debiste hacer lo que hiciste. · Vergüenza, porque crees que nadie te puede entender y consideras que eres la única persona a la que le ha pasado. · Ansiedad, porque tienes frente a ti un futuro incierto, sientes estar en un estado de indefensión y miedo a la vida y a lo que vendrá. · Depresión o profunda tristeza, que en momentos sientas que no vale la pena vivir. Pero si estos síntomas se transforman en ideas suicidas, consulta a un especialista.

6. Acepta que de momento tu mundo no es el mismo. Efectivamente, ahora tu mundo se ha vuelto caótico e inseguro. Tu desempeño se ve disminuido, actividades tan simples y rutinarias que antes hacías, como pasear a tu mascota, hoy pesan y son abrumadoras. Experimentas fatiga física y mental, aquello que te gustaba realizar hoy no te estimula. Date un tiempo, tu mente y tu cuerpo están en un período de adaptación. Intenta con aquello que sea para ti gratificante, como dar un paseo, hacer ejercicio, ir al cine, leer, etc.

7. Tu salud se puede debilitar. Por atención a tu salud física. Efectivamente, atravesar por un duelo altera al sistema inmunológico debilitándolo, por eso es que estarás más propensos a contraer ciertas infecciones o presentar algunas alteraciones en tu salud. Es probable que sufras de gripa, bronquitis, tengas trastornos gastrointestinales como colitis, diarrea o constipación. Por otra parte, puedes padecer trastornos del sueño como insomnio, somnolencia o letargo. Acude a tu médico con regularidad, a fin de prevenir, controlar o tratar a tiempo alguna enfermedad y sobretodo si padeces alguna enfermedad ya diagnosticada o crónico-degenerativa.

8. Acepta subirte a la Montaña Rusa. Ya hice alusión a que el proceso de duelo es muy personal, pero necesitas saber que enfrentarás altibajos, obstáculos y dificultades. Lo que parecía ya estar resuelto, emocionalmente hablando, vuelve a aparecer. Considera que todas las emociones son adaptativas y necesarias para ayudarte a la asimilación total de la pérdida.

Haz contacto con ellas, por un rato, por un tiempo y luego deliberadamente aléjate, realiza alguna actividad placentera, canta, ríe, baila. Que esto no te preocupe, es una señal de avance porque te estás dando cuenta y te haces cargo de lo que sientes y esto favorece el equilibrio entre el hacer y el sentir.

9. Bienvenida sea la paz. Una vez que has atravesado por las diferentes etapas del duelo comienza el proceso de adaptación para aceptar lo irreversible de una pérdida. Te reconcilias con la realidad, vuelves a tomar las riendas de tu vida, haces las paces con el dolor y la culpa, y te das la oportunidad de vivir a pesar de la ausencia de ese ser amado.

10. Momento de pasar la página. Te das cuenta que tienes esperanza y que la vida continúa, que estás en disposición de darle paso a una nueva historia. Es el tiempo de la reconstrucción, tiempo de plantearte nuevos objetivos y metas, tiempo de celebrar que has salido fortalecido de esta experiencia de vida.

Vivir el proceso de duelo y saberlo gestionar es, en si mismo, un proceso de aceptación y sanación interior. Es tiempo de resolver, de tomar acción y moverte hacia un futuro mejor. Yo estoy aquí para acompañarte y transitar juntos el camino hacia tu sanación interior.

Si tú o alguien más está bloqueado en algún rubro de este decálogo comparte este post, haz un comentario si fue de utilidad.


43 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page