Parte 2.
¿QUÉ CAUSA LA DEPRESIÓN?
La depresión no sólo tiene una etiología, pueden ser múltiples sus causas, pero entre las más conocidas están:
Causas bioquímicas.- Pueden explicarse como alteraciones a nivel de los neurotransmisores del cerebro que provocan una disminución de la serotonina y la dopamina o el aumento del cortisol y que son responsables de las fluctuaciones en los estados de ánimo.
Factores biológicos.- Como cambios hormonales (depresión post-parto) o bien factores genéticos que predisponen a la persona a padecer depresión.
Factores psicosociales.- Frecuentemente la depresión se asocia a circunstancias estresantes de la vida, ya sea en el ámbito laboral, afectivo y de las relaciones interpersonales.
Duelo.- Si bien la depresión y el duelo comparten características semejantes, la depresión que suele asociarse al duelo tiene una distinción muy particular descrita por Freud, donde postula que “en el duelo el mundo parece pobre y vacío, mientras que en la depresión la persona se siente pobre y vacía”.
Por otra parte hay que considerar que durante el duelo se puede desarrollar un episodio depresivo mayor y esto entraría dentro de la categoría de duelo complicado, duelo exagerado o bien, duelo patológico, por lo cual es importante gestionar los duelos acompañados de un profesional y en su caso, solicitar una evaluación médica.
LENGUAJE VERBAL Y CORPORAL DEL DEPRIMIDO
En el artículo previo titulado ¿Estoy triste o deprimido? se describen los signos y síntomas de la depresión, sin embargo hay comportamientos observables y pensamientos automáticos que pueden aclarar aún más si una persona está deprimida o no y estos son:
El sujeto manifiesta a través de su lenguaje verbal su falta de motivación a través de frases como “ojalá pudiera”, “si tan sólo no me sintiera así”, “ya no tiene sentido planear”, “todo terminó”, etc.
Sentimiento de inutilidad expresados como “no puedo”, “no soy suficiente”, “para qué si no lo voy a lograr”, “quiero, pero la realidad es que no puedo”, etc.
Sentimientos de culpa expresados por “lo que pudo haber sido y no fue”, “por lo que se hizo o se dejó de hacer”, “por lo que se dijo o no se dijo”, etc.
Abandono de sí mismo que se manifiesta en desaseo generalizado y descuido en su arreglo personal, prefiriendo el aislamiento social.
Regularmente el caminar es lento con tendencia a arrastrar los pies, los hombros están caídos, la columna vertebral encorvada y la mirada es hacia abajo, se dice que es una postura “enconchada” y se percibe cierto grado de flacidez muscular.
La forma de hablar revela desgano y lentitud, regularmente lo hacen en un tono más bajo que de costumbre, la voz se quiebra ligeramente o se percibe una mínima ronquera.
En cuanto a la expresión facial generalmente es de tristeza, se notan los párpados superiores caídos, la comisura de los labios hacia abajo y el entrecejo ligeramente arrugado.
La postura de la cabeza tiende a inclinarse hacia abajo y un poco hacia la derecha como señal de introspección.
La respiración se percibe en ocasiones más profunda y se incrementan los suspiros.
La vista y la audición se vuelven más sensibles, por lo que molesta la luz y el ruido.
Es importante señalar que la depresión es un trastorno que abre la puerta a las adicciones y a diversas enfermedades cardiacas, cáncer, posibilidad de padecer diabetes tipo II y otras más llamadas oportunistas porque el sistema inmunológico se encuentra debilitado afectando las células T, lo cual posibilita el riesgo de desarrollar infecciones y otras enfermedades en general.
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